Ya me iba en camino con esa idea, además de hacer el oportuno ejercicio que me corresponde. Con cámara en ristre, tenía claro cuál era mi primer objetivo. Estar en el momento oportuno de cuando fuesen a mover el carguero de su actual ubicación.
Pero, cuando ya iba caminando por el Paseo de la Cornisa, me encuentro con una sorpresa desagradable:
Según acabo de leer online, estos destrozos habían sido ocasionados por el temporal de lluvias que ha azotado estos días nuestra costa. No obstante, yo ya había visto grietas desde el año pasado en esa misma zona, solo que entonces no eran tan graves y no se le quiso dar demasiada importancia, pero es ahora cuando estas grietas han terminado por agravarse peligrosamente. Lo más sensato es que no se haga nada, porque pretender arreglar este descosido es querer luchar contra la misma naturaleza de las cosas. Y también habría que considerar cómo se halla ahora mismo el estado de ese terreno. Una cosa es que esas grietas estaban a la vista de todos y si nadie hasta ahora se había preocupado por ellas, es ahora cuando la situación ha terminado por mostrar la evidencia de que el terreno no es del todo estable, cuando hay que pensarse seriamente no acometer ninguna obra en ese lugar, o buscarse otra alternativa igualmente sensata.
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Bueno, a lo que iba...
Después de ver con algo de susto el estado de esa parcela del Paseo de la Cornisa, le quité hierro al asunto y decidí seguir caminando con paso firme hasta la playa. Ya estaba cerca. Solo me faltaba unos diez minutos de caminata hasta llegar a la altura del Puente de acceso Norte al recinto portuario.
Y ya lo tenía casi enfrente, a la vista de todos...
En apariencia, el barco seguía apuntando su proa en dirección a la costa, pero esa era la primera impresión. Caminando luego por la arena, sorteando además mucha del agua acumulada en la arena por las torrenciales lluvias pasadas, me daba cuenta que no era el único interesado por observar el estado del buque y si se iba a hacer algo al respecto. A lo lejos, casi a la altura del buque embarrancado a unos cuarenta metros nada exactos de la orilla podía distinguir un tumulto de gente que se iba agolpando a su vera. No es de extrañar que el suceso haya causado tanta expectación tras el incidente originado por el fuerte vendaval que azotó la comarca el pasado jueves. Los curiosos y vecinos no hacían otra cosa que comentar cómo es posible que el barco pudo llegar hasta allí empujado por el ímpetu del viento, a pesar de los amarres. También es verdad que el capitán del barco desoyó las recomendaciones de la Autoridad Portuaria para que atracase en lugar seguro.
Como digo siempre, "haz caso siempre de lo que digan los que más saben de estas cosas". Hay que ser muy suyo para haber permitido que una situación así se le haya ido de las manos. Como consecuencia, el capitán del buque ha sido expedientado por su negligencia.
Tras cerca de tres cuartos de hora caminando ya había llegado al punto de encuentro, rodeado de decenas de personas que se agolpaban por sacar la mejor foto del día. También había allí un cámara del canal Cuatro recogiendo imágenes del momento. No creo que me hayan incluido en el montaje final del reportaje... :P Pero lo importante estaba ocurriendo en ese preciso momento.
Veía cómo un par de remolcadores hacían maniobras por arrastrar el buque mar adentro. Un cable enganchado a la proa del carguero "Rhea" era la prueba evidente de que se iba a tratar de mover aquella mole. De hecho, todos en la playa estábamos expectantes con la posibilidad de que por fin se pudiera librar aquel barco de su particular "encierro" en un dia tan espléndido en lo climatológico, y aprovechando que a esas horas la marea estaba en su culmen, lo que podría favorecer enormemente el trabajo de los remolcadores.
Era alrededor de la una y media de la mañana cuando todo esto estaba sucediendo y ya tenía mi cámara digital echando humo, tanto que me dió rabia de que las pilas terminaran por agotarse casi del todo dejándome tirado casi del todo, pero entre saliva y saliva conseguía que las baterías se reanimaran un poco más antes de expirar del todo. La cámara es una maravilla, si bien su mayor inconveniente sea precisamente que gasta pilas de las normales, tipo AA, y se consumen con rapidez.
No obstante, mientras aun le quedaba un hálito de vida a las pilas, pude terminar mi serie fotográfica con unas últimas fotos de las maniobras de auxilio de los remolcadores, así como otras más, durante mi regreso a casa y contar en el blog mi experiencia que espero os haya gustado mucho.
En definitiva, hoy me he dado un buen paseo que ha acabado siendo bastante fructífero en muchos sentidos... Solo falta saber si finalmente se ha conseguido arrastrar el carguero hasta que pudiera navegar por sí mismo, pero eso se sabrá más tarde o más temprano, por muchas vueltas que le doy a Internet queriendo saber el resultado de la operación de esta mañana. Luego me entero por las noticias que fue positivo y que el carguero ya podía maniobrar por sí solo.
Un último apunte, en un trozo del paseo marítimo aledaño a la zona de viviendas y apartamentos, tuve ocasión de hacer mi última foto:
A quien corresponda, le toca también arreglar este desaguisado. Y que lo digo con la mejor de las intenciones, sin caer en la demagogia. ;)
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http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/es/
Fotos barco varado en El Rinconcillo, Algeciras is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España License.
Excelente reportaje, querido Neil Parsons!! Deberías ser periodista...... Aún estás a tiempo.
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