Otro juego más, y ya he perdido la cuenta, de los muchos realizados por este incansable programador que desde mediados de los ochenta viene obsequiando a todos los aficionados a los videojuegos. Jonathan Cauldwell nos trae un juego con su particular estilo, y eso se nota en cuanto nos ponemos a los mandos del vehículo que tenemos ante nosotros.
Programado para la competición High Score de la fiesta Retro Fusion en el club de rugby de Leamington (Inglaterra), celebrada este mismo fin de semana, según el propio Jonathan no se trata de un juego totalmente acabado y pulido, al que le hace falta algo más de trabajo por su parte, pero con las imágenes que acompañan este texto poco se puede decir en favor de ello.
Está claro que el motor gráfico de esta nueva producción no es original y se ha visto en varias ocasiones anteriores, como en sus juegos "Higgledy Piggledy" y "Blizzard's Rift" (bloques de gráficos sobre un fondo de atributos). No ha querido complicarse mucho a la hora de diseñarlo y se ha conformado con que sea lo más entretenido posible.
Realmente, razón no le falta. Hay ciertas cosas que se pueden mejorar y tiempo seguro tendrá si se lo plantea, viendo por ejemplo que el vehículo que manejamos podría tener mejor aspecto y algo más de velocidad. No es muy difícil en cuanto hayamos jugado varias partidas y las cosas se complicarán algo más a partir del siguiente nivel, como es natural.
Lo he probado con la versión 128K y en el menú de opciones, nos encontramos con una extraña pero bien hecha sintonía, a cargo de Yerzmyey. Durante el juego, pocos efectos sonoros, pero se puede decir que se salva del aprobado. Si lo cargamos desde 48k, el sonido es prácticamente nulo, salvo cuando alcanzamos el final de fase.
Gráficamente, como ya he dicho antes, es algo sobrio y recuerda enseguida otras producciones de Jonathan. Por supuesto, en cuanto vamos pasando de nivel, los fondos van cambiando tanto de color como de tramas. La presencia de enemigos de movimiento predecible, cada vez más numerosos y variados a la par que avanzamos fase tras fase, añadirá un poco de dificultad a nuestra labor.
¿Y qué hay que hacer? Como si fuera uno de esos juegos basados en el popular personaje de Nintendo, Mario, tenemos que recorrer cada fase intentando recoger todas las banderas que encontremos a nuestro paso, salvando los distintos obstáculos que se nos presenten, antes que se acabe nuestro tiempo. Si tropezamos con uno de los enemigos presentes o caemos al vacío, perderemos una de nuestras vidas. Cada vez que pasemos de fase, se nos recompensará con bonos y una vida extra.
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MI VALORACIÓN: 6.5/10
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