No sospechaba que el nombre de un actor estuviese ligado a otros menesteres, cosa que sí lo sabía respecto de varios conocidos miembros del estrellato cinematográfico. Pero en el caso del actor de comedia Steve Martin, estrechamente ligado a las películas de enredo y humor, no conocía su faceta como músico, algo que lleva practicando durante bastantes años y que sale a la luz pública tras la reciente publicación de un disco de "bluegrass" en el que colabora aportando su estilo característico tocando el instrumento con más raices de la América profunda: el banjo.
Sabía desde hace tiempo que a Woody Allen le daba al clarinete y que los viernes se lo monta con su grupo New Orleans Jazz Band y actúa por todo el mundo con dicha compaña; que Julie Andrews no se atragantó con el hueso de una aceituna cuando enfermó de la garganta y dejó de gorgorear desde entonces; también sabia de las facetas múltiples de Clint Eastwood, no solamente de poner siempre la misma cara de amargado y duro de pelar, de actuar y de dirigir, sino de atreverse a componer las bandas sonoras de sus últimas películas, a tocar el piano cuando le dejan toser entre disparos, puñetazos y bofetadas de mujeres despechadas y sabía, por último (por no extenderme en ejemplos baratos), que hasta Alejandro Amenabar le daba por algo parecido.
Al parecer, Steve Martin aprendió por sí solo a tocar el banjo cuando estudiaba en el instituto y a menudo incorporaba esta faceta a sus actuaciones en clubs de comedia, pero abandonó dichas incorporaciones durante los años siguientes. A principios de los ochenta, siguió practicando y actuando en semiprivado.
Lo más increible del caso es que en 2002 ganó un premio Grammy a la mejor Interpretación Instrumental en Música Country, junto con Earl Skruggs & Company.
Pues, nada, querido Steve Martin. Habrá que tomarte más en serio a partir de ahora.
Fuentes:
- Amazon.com (Adquirir el disco)
- BWeaver.net
- DeCine21
- Washington Post
- The Bluegrass Blog (inglés)
- Noticias Música (portugués)
Sabía desde hace tiempo que a Woody Allen le daba al clarinete y que los viernes se lo monta con su grupo New Orleans Jazz Band y actúa por todo el mundo con dicha compaña; que Julie Andrews no se atragantó con el hueso de una aceituna cuando enfermó de la garganta y dejó de gorgorear desde entonces; también sabia de las facetas múltiples de Clint Eastwood, no solamente de poner siempre la misma cara de amargado y duro de pelar, de actuar y de dirigir, sino de atreverse a componer las bandas sonoras de sus últimas películas, a tocar el piano cuando le dejan toser entre disparos, puñetazos y bofetadas de mujeres despechadas y sabía, por último (por no extenderme en ejemplos baratos), que hasta Alejandro Amenabar le daba por algo parecido.
Al parecer, Steve Martin aprendió por sí solo a tocar el banjo cuando estudiaba en el instituto y a menudo incorporaba esta faceta a sus actuaciones en clubs de comedia, pero abandonó dichas incorporaciones durante los años siguientes. A principios de los ochenta, siguió practicando y actuando en semiprivado.
Lo más increible del caso es que en 2002 ganó un premio Grammy a la mejor Interpretación Instrumental en Música Country, junto con Earl Skruggs & Company.
Pues, nada, querido Steve Martin. Habrá que tomarte más en serio a partir de ahora.
Fuentes:
- Amazon.com (Adquirir el disco)
- BWeaver.net
- DeCine21
- Washington Post
- The Bluegrass Blog (inglés)
- Noticias Música (portugués)
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