Hay formas muy limpias de pelear por el esférico como hizo Alemania en la semifinal, partido precioso donde los haya, pero ayer el equipo holandés solo fue capaz de ofrecer su lado más salvaje con jugadas que el árbitro inglés debió de cortar de inmediato con varias expulsiones directas. Holanda se fue de vuelta a casa no solo con un canto en los dientes sino con una imagen penosa demostrada ayer con actitudes tan barriobajeras como ésta:
Y para vergüenza ajena, los disturbios en Barcelona por parte de unos pocos descerebrados sin otra cosa mejor que hacer más que reventar la celebración de la mayoría de los que sentían los colores de una selección que tras una larga sequía de 90 años puede por fin volar alto con su primera Copa del Mundo en sus brazos y soñar con repetir la gesta en el próximo Mundial en Brasil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
EVITAR CUALQUIER INTENTO DE SPAM. A la mínima que encuentre un comentario con algún enlace a un sitio extraño y nada fiable, éste se borrará del blog.