Esta pregunta nos la habremos hecho muchas veces, tanto aficionados ó coleccionistas de discos como vendedores. Seguro que en muchas casas alguien tiene todavía discos de vinilo, cintas de casete y CDs, guardados en algún arcón, mueble ó estantería cogiendo polvo porque no hay nada en la casa que sirvan para su reproducción y se queden en éllas "muriéndose" prácticamente de asco. No tiene mucha gracia que esos discos ocupen un espacio importante en casa, por lo que para sus dueños implicaría buscarles una solución a corto, medio ó largo plazo, salvo que finalmente se decidan a comprar un equipo musical totalmente nuevo, cuando el que han tenido anteriormente "ha pasado a mejor vida". Para el caso de que hayan decidido no tener más equipos de alta fidelidad en casa porque suponen un gasto excesivo (realmente, los mejores equipos actualmente existentes en el mercado y que no se encuentran precisamente en las tiendas de toda la vida ó en grandes superficies, sino accediendo a internet, son excesivamente caros), hay varias maneras de afrontar la terrible decisión de desprenderse de su colección discográfica.
Aparte de no tener sentido alguno que todo ese material esté ahí de manera indefinida y sin saber qué hacer realmente con ellos, menos tirarlos a la basura (sería muchas veces la última solución, cuando las demás han fallado, pero no sería ni siquiera conveniente hacerlo), hay muchas opciones lógicas. Pero ojo, cuidado con que tanto las fundas ó su contenido estén en unas condiciones bastante aceptables para que otras personas puedan tener la posibilidad u opción de adquirirlos (un disco defectuoso no vale para nada y solo puede tener dos destinos: ser reconvertido en adorno ó arrojado al cubo de la basura):
1. La primera de todas, intentar venderlas en comercios de nuestra ciudad que se dediquen a comprarlos (normalmente tiendas de discos que los vendan después como de segunda mano, como por ejemplo La Metralleta en Madrid) o, en otro caso, recurrir a otros comercios, incluyendo librerías, donde se comercie con toda clase de objetos de segunda mano y, llegando a un acuerdo con sus dueños, sacar algo de dinero por ellos ó en otro caso darlos sin pedir nada a cambio, si no les interesase el pecunio correspondiente. Además, siempre se puede intentar comerciar en franquicias como City Finance ó Cash Converter, aunque no en todas ellas van a aceptar discos de vinilo, cassettes ó CDs, porque dirán que "no tienen mucha salida y casi nadie los compra".
2. Otra opción también válida será la de subir anuncios en páginas de compra-venta de segunda mano. Hay decenas de webs para elegir, desde la inevitable página de eBay, hasta otros sitios que se ajusten a lo que el vendedor está dispuesto a aceptar según las normas y condiciones de cada servicio: Mil Anuncios, TodoColección, SegundaMano ó Wallapop, etc. En su mano está que el precio se amolde a las características y estado del disco y, a ser posible pese a que no soy quien para recomendar nada ni cómo ajustar los precios, sin caer en la especulación. Por desgracia, es el pan nuestro de cada dia para los que buscan luego álbumes de música en estas páginas y no siempre por un valor acorde a nuestros cada vez más sufridos bolsillos.
3. Donarlos en centros benéficos, tiendas de caridad, anticuarios y mercadillos solidarios. Ellos darán cuenta de todos tus discos y los pondrán a la venta por precios realmente simbólicos.
4. Si tienes amigos ó familiares que sean aficionados a la música y les guste coleccionarlos, siempre puedes regalarles esos discos que no quieres (pero tampoco te pases de listo...) :P
Pero, ¿qué ocurre cuando somos nosotros los vendedores y tenemos acumulados discos que no se liquidan en años ó lustros? Ése es otro dilema y cuya solución no se resuelve tan fácilmente. Muchas veces ocurre que cuando pasan tantos años sin venderse, esos lotes pasan a otras manos, siendo su destino totalmente incierto. Si no son otros vendedores ó coleccionistas las personas que se arriesgan a perder algo de dinero por un lote compuesto por auténtica morralla musical totalmente invendible, lo más seguro es que esas personas decidan en última instancia empaquetarlos y tirarlos a un contenedor de basura (inevitable y, sin embargo, es el peor destino posible para esos vinilos, cintas y cds.) En otro caso, nos habremos forjado en nuestras manos un circulo vicioso en torno a un cúmulo de discos totalmente devaluados y denostados.
Y pensaba el otro dia, medio en voz alta, que si no hay algún museo de la música discográfica en España, donde sea posible donar todo aquello relacionado con el mundo de la fonografía y que nadie quiere de ninguna manera, por mucho que lo hayamos intentado, y que todo ese material esté guardado en un lugar adecuado y necesario para su conservación, posteriormente catalogado, organizado por épocas ó estilos musicales y expuesto finalmente en vitrinas ó estanterías de cara al público, ya estamos tardando en fundar uno. Si tenemos bibliotecas públicas y museos de historia natural, ¿por qué no hay todavía museos que archiven discos de todas las épocas y géneros? No sería una mala idea, al fin y al cabo.
Aparte de no tener sentido alguno que todo ese material esté ahí de manera indefinida y sin saber qué hacer realmente con ellos, menos tirarlos a la basura (sería muchas veces la última solución, cuando las demás han fallado, pero no sería ni siquiera conveniente hacerlo), hay muchas opciones lógicas. Pero ojo, cuidado con que tanto las fundas ó su contenido estén en unas condiciones bastante aceptables para que otras personas puedan tener la posibilidad u opción de adquirirlos (un disco defectuoso no vale para nada y solo puede tener dos destinos: ser reconvertido en adorno ó arrojado al cubo de la basura):
1. La primera de todas, intentar venderlas en comercios de nuestra ciudad que se dediquen a comprarlos (normalmente tiendas de discos que los vendan después como de segunda mano, como por ejemplo La Metralleta en Madrid) o, en otro caso, recurrir a otros comercios, incluyendo librerías, donde se comercie con toda clase de objetos de segunda mano y, llegando a un acuerdo con sus dueños, sacar algo de dinero por ellos ó en otro caso darlos sin pedir nada a cambio, si no les interesase el pecunio correspondiente. Además, siempre se puede intentar comerciar en franquicias como City Finance ó Cash Converter, aunque no en todas ellas van a aceptar discos de vinilo, cassettes ó CDs, porque dirán que "no tienen mucha salida y casi nadie los compra".
2. Otra opción también válida será la de subir anuncios en páginas de compra-venta de segunda mano. Hay decenas de webs para elegir, desde la inevitable página de eBay, hasta otros sitios que se ajusten a lo que el vendedor está dispuesto a aceptar según las normas y condiciones de cada servicio: Mil Anuncios, TodoColección, SegundaMano ó Wallapop, etc. En su mano está que el precio se amolde a las características y estado del disco y, a ser posible pese a que no soy quien para recomendar nada ni cómo ajustar los precios, sin caer en la especulación. Por desgracia, es el pan nuestro de cada dia para los que buscan luego álbumes de música en estas páginas y no siempre por un valor acorde a nuestros cada vez más sufridos bolsillos.
3. Donarlos en centros benéficos, tiendas de caridad, anticuarios y mercadillos solidarios. Ellos darán cuenta de todos tus discos y los pondrán a la venta por precios realmente simbólicos.
4. Si tienes amigos ó familiares que sean aficionados a la música y les guste coleccionarlos, siempre puedes regalarles esos discos que no quieres (pero tampoco te pases de listo...) :P
Pero, ¿qué ocurre cuando somos nosotros los vendedores y tenemos acumulados discos que no se liquidan en años ó lustros? Ése es otro dilema y cuya solución no se resuelve tan fácilmente. Muchas veces ocurre que cuando pasan tantos años sin venderse, esos lotes pasan a otras manos, siendo su destino totalmente incierto. Si no son otros vendedores ó coleccionistas las personas que se arriesgan a perder algo de dinero por un lote compuesto por auténtica morralla musical totalmente invendible, lo más seguro es que esas personas decidan en última instancia empaquetarlos y tirarlos a un contenedor de basura (inevitable y, sin embargo, es el peor destino posible para esos vinilos, cintas y cds.) En otro caso, nos habremos forjado en nuestras manos un circulo vicioso en torno a un cúmulo de discos totalmente devaluados y denostados.
Y pensaba el otro dia, medio en voz alta, que si no hay algún museo de la música discográfica en España, donde sea posible donar todo aquello relacionado con el mundo de la fonografía y que nadie quiere de ninguna manera, por mucho que lo hayamos intentado, y que todo ese material esté guardado en un lugar adecuado y necesario para su conservación, posteriormente catalogado, organizado por épocas ó estilos musicales y expuesto finalmente en vitrinas ó estanterías de cara al público, ya estamos tardando en fundar uno. Si tenemos bibliotecas públicas y museos de historia natural, ¿por qué no hay todavía museos que archiven discos de todas las épocas y géneros? No sería una mala idea, al fin y al cabo.